VLADIMIR NABÓKOV



TRES POEMAS (VERSIONES DE NATALIA LITVINOVA)




¿En que pienso? En las estrellas fugaces...
Mira, allí hay una, silenciosa como el espíritu,
su trazo de diamante cortó el aire,
y su camino se apagó...

No me preguntes dónde cayó la estrella.
¡Te ruego, guarda silencio, no respires!
Siento que se partió en rayos
en la profundidad de mi alma.




POEMAS

Al mediodía, caminando
por el jardín abandonado, vi en el aire ciego,
dos mariposas de ojos grandes
que reían a carcajadas
sobre el ombligo aterciopelado
del girasol. Y en la ciudad
vi una casa que tenía aspecto de risa contenida,
pasé al lado dos veces y después me eché a reír;
pero la casa no, ni se movió, solo una  pequeña luz
se encendió por un instante.
Todo esto lo recuerda mi alma,
todo esto es una señal de que en el cielo
Dios ríe como un niño, y mira
como un serafín descalzo se inclina
y le hace cosquillas a nuestro mundo
con su pluma celeste.


CARTAS

Aquí están todas tu cartas (en sus pliegues ya se deshacen
las huellas del impetuoso lápiz). Durante el día,
doblándose, duermen entre flores secas en mi
cajón perfumado, y a la noche salen.
Semidiáfanas y débiles,  se deslizan, se enredan sobre mí,
como mariposas: atrapo una con los dedos,
a través de ella observo  la noche azul
y las estrellas se transparentan.